China registró una aguda caída tanto en sus importaciones como exportaciones, un signo que se suma a los últimos indicios del debilitamiento de la segunda mayor economía del mundo.
Las exportaciones cayeron más de un 3% en junio y, según un portavoz de la aduana, la balanza comercial exterior enfrenta lo que denominó duros desafíos debido a la ralentización de la demanda del extranjero. Otros factores como el incremento en los costos laborales y las disputas comerciales del país y los intentos del Banco Central de China para volver a controlar los préstamos contribuyeron a la reducción de las exportaciones.
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